Quintillo y Fal Conde

El domingo 15 de abril de 1934 tuvo lugar en la finca Quintillo la primera concentración de requetés uniformados y en formación militar que hubo en España. Sorprendió a propios y extraños el hecho que protagonizó el carlismo andaluz, por situarse al día siguiente del tercer aniversario de la II República. En 1959 —veinticinco años después— se conmemoró con otra concentración y desde entonces se ha hecho consuetudinaria hasta nuestros días." (Del diario "ABC-, 14 abril 1948; pie de reportaje gráfico en su sección Efemérides.)

Testigo asistente a aquel. acto ccmo pelayo de doce años. hoy, al cumplirse el cincuentenario de aquel primer Quintillo. que este ayo por exigencias del calendario celebraremos D. m. el próximo 13 de mayo. no puedo resistir el evocar con dulce nostalgia aquella soleada mañana en que los campos de Quintilla, en eclosión de ardiente primavera, se convirtieron en campo de amapolas con las boinas rojas de los requetés andaluces. como preludio y ofrenda de sacrificio que por sus santos ideales de Dios. Patria y Rey. se consumaría dos años más tarde al reconquistar para España los campos yermos del dominio rojo. regándoles con la sangre de aquellos mismos requetés que aquel día juraron defenderla.

Y vienen a mi memoria aquellas estrofas del rico cancionero carlista: "Por cimera la boina bermeja, de los tercios la Cruz por blasón, victoriosos por Dios y la Patria. desfilan fas huestes de la Tradición... Y en la paz serena del atardecer, cubierto de gloria queda el Requeté."

Pero no es en el regusto del simple recuerdo de aquella efemérides. donde se para mi pensamiento, sino en la profunda reflexión a que aquél conlleva. "Sorprendió a propios y extraños —son palabras de "ABC"— y ciertamente que fue así. Pero como todo hecho extraño o sorprendente, tiene su explicación o motivación, frecuentemente en causas concurrentes. que en,este caso, a mi entender, lo fueron dos: un ideal y un hombre: el ideal ef de Dios, Patria y Rey; el hombre Manuel Fal Conde, corazón e impulso primero del carlismo andaluz, más tarde del de toda España, artífice de su sorprendente resurgimiento cuando ya tantos y tantas veces habían fitu mado su acta de defunción.

A esta consideración debe llevarnos este momento de reflexión; a la vigencia permanente de un ideal —y vuelvo a nuestro cancionero— "que con la vista puesta en Dios hará triunfar la Tradició", esencia y numen de la Patria, y a la ejemplar eficacia de un hombre, inteligencia y corazón, que con su fe en Dios, su amor a España y su lealtad al Rey, supo gestar una obra de epopeya. Y cuando los inescrutables designios de Dios y la maldad de los hombres, permitió que el resplandor de su obra casi se ocultara y desapareciera bajo las nubes de tormenta del materialismo y sectarismo, agarrado firmemente al mástil de su Ideal, supo aguantar todas las tempestades del alago y la persecución, sin claudicaciones. manteniendo enhiesta la bandera inmaculada de sus principios y de sus lealtades.

Por eso al evocar en este cincuentenario elfulgurante resplandor de aquel primer Quintillo y a todos cuantos en él participaron, hemos de rendir también. de modo muy especial, nuestro tributo de respeto. admiración y cariño, a aquel gran hombre, que lo hizo posible, porque supo hacer de su vida un acto de servicio a una gran causa, para la que vivió y en la que murió en un mes de mayo florido y mariano, va a hacer dentro de pocos días ya nueve años. Murió entre los hombres para despertar entre los ángeles, y en la presencia de Dios, ofrendar a su Santísima Madre, a la que tanto amó, en ese mes de María el hermoso ramillete de las boinas rojas de tantos requetés, que él, su amante jardinero, supo cultivar con esmero, cariño y sacrificio, para ponerlos a sus benditas plantas y pedirle por nuestra querida España. porque como dejó escrito en la Ordenanza del Requeté. "Tú, soldado de la Tradición, habráas de tener puesto en el Reino de Dios".

Angel ONRUBIA.