miércoles, 17 de septiembre de 2008

A Hernani van los cristinos

Poema sobre los orígenes de nuestro himno, el Oriamendi. Extraída del libro "El Requeté" del general don Luis Redondo y el comandante don Juan de Zavala, páginas 149 y 150.

A Hernani van los cristinos,
a Hernani la guarnecida.
Tan ciertos van de la empresa
que adelantan la alegría.
No dijo que sí la novia
y ya las colchas rocían
con sahumerio y albahaca
y ramas de yerbaluisa.

- Que haga el músico mayor
una música bonita:
que las mujeres de Hernani
se asomarán para oírla.

En los altos de Oriamendi
toca la banda cristina:
es un himno de aire y sol,
de puertos y de ventiscas,
de piernas duras que saltan,
corren, suben, llegan, triscan.
- ¿Qué es aquello que reluce
por aquellas serranías?
La corneta ha dado un fa
donde dar un re debía.
El tambor toca a rebato:
¡los carlistas! ¡los carlistas!
En el atril los papeles
aún tienen fresca la tinta,
el aire mece el ensueño
de una esperanza perdida.

Uno que entiende de notas
ensaya la melodía.
- ¿Por qué no hacer de don Carlos,
esta música cristina?
- Es música del demonio.
- Dios, Patria y Rey la exorcizan.
Camino de Astigarraga,
cuando la tarde caía,
cantando el nuevo Oriamendi
vuelven las tropas carlistas.
¡Se llena el viento de olores
de pastos y serranías!
En el cuartel general
se toman cuentas del día.
- ¿Muertos? -Uno solo. - ¿Heridos?
- Cuatro y leves las heridas.
- ¿Pasados? -Uno, que vale
solo por dos compañías.

El general frunce el ceño;
Cuadrado, el teniente, explica:
- En los altos de Oriamendi
se ha "pasado" la alegría.


Para mi muy querido amigo Ja, con todo mi afecto.

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