lunes, 12 de noviembre de 2007

Texto del Maestro don Miguel Orts Timoner

EN EL DÍA DE LA DINASTÍA LEGÍTIMA
Los carlistas valencianos solemos dedicar al recuerdo de nuestros Reyes nuestra particular fiesta de la Epifanía del Señor: el Día de la Monarquía Tradicional, que va unida a la connotación de la legitimidad de origen y de ejercicio. Este año iniciamos la celebración del patrono onomástico de casi todos los titulares de la Corona de la rama carlista: San Carlos Borromeo, aunque para poder reunirnos más cómodamente en nuestro flamante Círculo nuevo, hayamos esperado al viernes, 9 de noviembre.

Aún perduran en la memoria las imágenes de la Plaza de San Pedro del Vaticano llena de españoles para agradecer a Dios y al Papa la beatificación de los Mártires de la persecución religiosa. Banderas rojigualdas y blancas con la cruz de San Andrés, boinas rojas, pancartas con lemas santos… Emociones inolvidables para los que estuvisteis allí y para quienes tuvimos que conformarnos con la televisión, aunque fuera la polaca…

Las autoridades españolas limitaron su representación a la ineludible del Ministro de Asuntos Exteriores. La Zarzuela, brilló por su ausencia. Ni siquiera enviaron a un pariente de segunda. En cambio, en la tribuna de autoridades, entre monseñores y príncipes pontificios, pero sin la relevancia mediática que merecía, estaba alguien querido y respetado, cuya proximidad a los peregrinos de a pie echaba de menos hace unos días en “Avant” Jesús Blasco, nuestro candidato por Valencia en las últimas elecciones.

Las palabras de Blasco ponían de manifiesto un sentimiento muy evidente en el pueblo carlista: el de orfandad dinástica. Simplemente ese hecho justifica en parte las dos jornadas dedicadas a la memoria de Don Javier de Borbón por la CTC de Valencia, con destacada participación de correligionarios de otras partes de España.

Por ello en el XXX aniversario del fallecimiento de quien fue el último Rey de casi todos los carlistas, desde Valencia se pidió la “descongelación” del tema dinástico por parte de la CTC, variando así el consenso de 1986. En ello nos va el futuro. La excepcionalidad de una comunión de leales a una familia real muerta no se puede prolongar más. Los carlistas no queremos ser “carlistólogos”, ni que nuestras cosas sean asunto de archivos y museos. Tenemos vocación de política viva.

Solicitamos, pues, de la Junta de Gobierno que se den los pasos oportunos para tomar los contactos pertinentes con la Familia Real para intentar seriamente recomponer el pacto Dinastía-Pueblo, que dé sentido a nuestro esfuerzo para que “venga el Rey de España a la Corte de Madrid”, como reza nuestro himno.

Esta petición, reiterada ya, no es de ejecución fácil, ni por la voluntad política de todos los sectores de la CTC ni por la disponibilidad e idoneidad de los príncipes potencialmente aptos y teóricamente interesados. Pero al menos que no quede sin efecto la empresa por falta del empuje necesario de los representantes y dirigentes del pueblo carlista.

Roguemos a San Carlos Borromeo y a los beatos carlistas que bendigan nuestros afanes y remuevan obstáculos para que el carlismo tenga futuro como comunión de hombres libres encabezados por la Dinastía Legítima.

José Miguel Orts Timoner
Valencia, 9 de noviembre de 2007
Mi muy estimado don José Miguel: Nunca me canso de repetir el adjetivo "valientes carlistas valencianos" y con tus palabras en este mensaje, me reitero en esa afirmación. Muy acertadas son tus palabras y reflexiones en estos momentos, cuenta con nuestro apoyo, cariño y respeto. Manel.

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