miércoles, 4 de marzo de 2009

Reflexiones (22)

Hoy era un día especialmente gris y frío en estas benditas tierras de la Cataluña interior, incluso para estas fechas en las que la primavera se presenta tímida y clandestinamente; porque el invierno aún se resiste a marchar. Marcaba el cielo las ocho de la mañana, con un color plomizo, demasiado cargado de amargura y pena; como así lo reflejaban las caras de las cientos de personas que hacían una triste, larga y desoladora cola ante las puertas del Inem. Otrora, en época de bonanza económica, asistían a fichar y a pedir trabajo un hatillo de pícaros que sobrevivían entre el subsidio de paro y la economía sumergida, a la sombra de un patrón que no solo no le hacía favor alguno, sino que aún lo hundía más en la miseria. Tiempo atrás, podíamos ver incluso algún despistado que confiando en el sistema, asistía a buscar trabajo en este inoperativo Inem, que al mismo tiempo es el SOC (Servei d'Ocupació de Catalunya); es decir, la "Cara B" de una misma administración en la que duplicamos medios, costes y gastos; para continuar obteniendo el doble de cero, el doble de nada.

Ayer nos facilitaban los medios de prensa los datos del paro en el mes de febrero, 150.000 persona más que hemos de acudir a beber de las ubres del estado para poder continuar subsistiendo y buscando medios para que a nuestras familias no les falte, por lo menos, un plato con el que alimentarse cada día.

Había un señor mayor, menos lúcido de lo que él mismo pensaba, que se quejaba con llanto triste e intermitente de sus desgracias. Desgranaba, este hombre, sus penas y su lucha contra el régimen anterior desde la base sindical clandestina de los sensenta y los setenta; y se lamentaba de las traiciones de sus ex camaradas, que ahora cobraban sin trabajar.

Y efectivamente, el papel otorgado a los sindicatos por la constitución del 78, han convertido a estas "herramientas" de defensa de los trabajadores en auténticas instituciones del estado que viven de, por y para el gobierno de turno. "Funcionarios" subrepticios y parasitarios que crecen al calor, a la sequedad, al frío y/o a la humedad de "papá" presupuesto, de "mamá" subvención, de "tía" cuota sindical, "tío" cursos de formación y al amparo de poderosos "padrinos" a cuyo lado, don Vito Corleone es un indefenso niño de teta. Los sindicatos españoles están institucionalizados como los partidos políticos, son entidades con ánimo de lucro en la que cualquier aprovechado y los peores "trepas" de nuestra sociedad, pueden hacer una larga carrera si están dispuestos a dejar de lado cualquier escrúpulo y a cambiar de principios cuando sea conveniente.

Los sindicatos son patios de monipodio peor a la figura recreada por Miguel de Cervantes en los que los trapicheos y las traiciones son la moneda de cambio; aprovechándose de una sociedad mayoritariamente adormilada y aborregada. Sindicatos que en vista de la miseria que se cierne sobre la sociedad española, son incapaces de hacer valer su posición preponderante como SUPUESTOS defensores de los trabajadores, poniendo sobre la mesa, o planteando al gobierno soluciones para poder salir de esta situación. Sindicatos que hasta el momento no han organizado movilización alguna contra sus camaradas del gobierno socialista, porque para esta gente siguen siendo más importante el partido y el sindicato que el bienestar de la Nación.

Claro ¿acaso alguien esperaba que los vividores del sistema pusieran los ideales y la supervivencia de la nación por encima de sus intereses políticos? No, por supuesto que no lo harán. Porque no solamente son sus intereses políticos, sino que están defendiendo su estatus, están defendiendo a los parásitos que viven del ya parasitario sindicato, estan fomentando y manteniendo a los "liberados" de las empresas porque son los líderes que van a escoger a los líderes sindicales en los congresos. Están manteniendo la miríada de "subfuncionarios" que "trabajan" en las maquinarias de los sindicatos. Están manteniendo, en resumen, un estado paralelo, que también vive de las entrañas del estado, es decir, del bolsillo de los españoles a los que se continúa atracando día a día para mantener una estructura del estado, demasiado onerosa ya para el bolsillo de aquellos que solo pretendemos que a nuestros hijos no les falte la educación, el alimento y el bienestar que nuestro trabajo nos asegura.

Y lo lamententable de todo esto es que mientras en los despachos políticos y sindicales, existe una vida oficial como una especie de Matrix virtual, en la calle empieza a vivirse los primeros síntomas de una fractura social y de un incremento notable de hechos delictivos no imputables todos al ánimo de lucro, sino que muchos hechos tipificados como "delito" o "falta" se están debiendo ya a la necesidad de sobrevivir. Se están dando robos con violencia en los aparcamientos de algunos hipermercados, para robar la comida de los carros. Plantearos esto, por favor ¿Qué lleva a una persona a robar un carro cargado de comida? ¿Cuándo no pueda robar comida, que hará? Al mismo tiempo, están volviendo a repetirse múltiples episodios de pequeñas estafas, de pillería, de picaresca más propias de los relatos de El lazarillo de Tormes y de los tiempos de nuestro siglo de Oro que no de pleno siglo XXI ¿Qué está ocurriendo y que nos espera? Y comparando datos entre el XVIII y la actualidad; los que mandan están más interesados en repartirse el poder y seguir mandando que en las necesidades de sus gobernados.
El teórico buen funcionamiento del estado y sus "servicios" está tan fracasado como los sistemas de calidad que venden para las empresas. Cualquier empresa que se precie, ha gastado importantes cantidades de dinero para estar certificada con la garantía de sus procesos de calidad ¿Para que sirven esos procesos de calidad? Para nada, solo para generar más papeleo del todo innecesario ¿Qué soluciones prácticas dan? Ninguna, solo ofrecen teoría sin ninguna efectividad. Lo mismo ocurre con nuestros gobernantes, proyectos, planes, iniciativas, acuerdos....... y todo ello va a parar a la misma cloaca de la ineficiencia y de la misería del pueblo; porque mientras hay muchas personas que están perdiendo sus viviendas y no saben como alimentar a sus hijos, a toda nuestra asquerosa clase política, no les falta el coche oficial, los restaurantes de lujo, las viviendas de alto nivel, ni los pisos para las/los queridas/queridos de turno. Parece mentira que muchos no quieran ver como los parásitos crecen porque se alimentan de nuestras necesidades, de nuestras miserias.
Continuamos siendo una sociedad dormida y aborregada..... y cada día más empobrecida en lo moral y en lo económico.

Te damos las gracias Señor por todo lo que tenemos y por lo que nos falta.

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