¡Bien llegado, Santo Padre!

Tras la triste, pero valiente renuncia de Su Santidad Benedicto XVI al ministerio petrino, la gracia de Dios se hace presente en la figura de nuestro Papa Francisco.

 

 

 

Te agradecemos Señor, Dios y Padre nuestro, tu infinita bondad por haber puesto al nuevo Santo Padre, Francisco, al mando del timón de nuestra Santa Madre Iglesia. Igualmente, con filial cariño te rogamos por nuestro querido Benedicto XVI, muestra de saber hacer, de valentía, entrega y humildad. Te rogamos Señor tu bendición para ambos.