Llevamos unos meses en el que el tiempo nos lleva tomada la delantera, por motivos diversos. Rezamos para poder estar más al pie del cañón. Pero las noticias no se desvanecen en ningún vacío, guardamos y conservamos cuantos documentos importantes podemos.
Coincidiendo con este pequeño homenaje a don Manuel Fal Conde, el democrático ayuntamiento de Sevilla, pretende quitar su nombre a una de las calles de la capital andaluza, por considerar que no debe haber en su noménclator nombres ligados al franquismo.
La sola idea de que los demócratas consideren a don Manuel Fal como alguien ligado al franquismo, nos da una idea del ANALFABETISMO de nuestra sociedad en general y de nuestra clase política en particular, sin ir más lejos, recuerden las recientes palabras de la ministra (?) de HIJUALDAT Bibiana Aído refiriéndose a los miembros y a las miembras..... ¿En que estaría pensando?
Que no nos pase NÁ.
He aquí una carta muy valiente de mi muy querido José María Font, respecto al intento de quitar del callejero sevillano el nombre de una de las personas más nobles de este país, don Manuel José Fal Conde.
"Cartas al Director
ABC – Edición Sevilla
26/04/2008
La calle Manuel Fal Conde
Como suscriptor he leído que en la lista de nombres de calles a sustituir se encuentra la del abogado y político Manuel Fal Conde, y pienso que se habrá incluido por su vinculación a la Guerra Civil o al franquismo. Pues bien, olvidan o desconocen, no ya la biografía del señor Fal, sino su más elemental actitud y proceder durante su vida pública y privada.
Manuel Fal Conde fue posiblemente la primera persona que no sólo no dijo “amén” a lo que el Franco de 1937 para adelante ordenaba y mandaba, sino que de manera expresa y con ministros y directores generales adelante, dijo no al decreto de Unificación de Falange y Tradición para constituir un partido único a la moda europea; dijo no a su ingreso o incorporación al primer Consejo Nacional del Movimiento; dijo no cuando le insinuaron que si “tragaba” con el régimen se le podría compensar con una cartera ministerial; fue procesado y condenado a muerte, pena que se le conmutó por la del exilio y por la que tuvo que establecerse en Portugal con su familia.
Cuando en los años sesenta el Colegio de Abogados de Sevilla, a instancias de su entonces decano, el nada sospechoso y brillantísimo jurista Alfonso de Cossío y Corral, lo propuso para Decano Honorario y Medalla de Oro del Colegio, proposiciones que en asamblea general fueron reglamentariamente aprobadas, el gobernador civil, bajo instrucciones del ministro de Justicia y, por supuesto, del Pardo, se negó a autorizar y desautorizó la condecoración.
La actitud, la honradez y la integridad de Fal le privó de una carrera política brillante y otra profesional posiblemente más próspera.
Por último, y para quien no lo sepa, su calle no se encuentra en barrio o zona pija o de pisos de a millón el metro, sino en las Tres Mil.
José María Font Ortiz
Sevilla".
ABC – Edición Sevilla
26/04/2008
La calle Manuel Fal Conde
Como suscriptor he leído que en la lista de nombres de calles a sustituir se encuentra la del abogado y político Manuel Fal Conde, y pienso que se habrá incluido por su vinculación a la Guerra Civil o al franquismo. Pues bien, olvidan o desconocen, no ya la biografía del señor Fal, sino su más elemental actitud y proceder durante su vida pública y privada.
Manuel Fal Conde fue posiblemente la primera persona que no sólo no dijo “amén” a lo que el Franco de 1937 para adelante ordenaba y mandaba, sino que de manera expresa y con ministros y directores generales adelante, dijo no al decreto de Unificación de Falange y Tradición para constituir un partido único a la moda europea; dijo no a su ingreso o incorporación al primer Consejo Nacional del Movimiento; dijo no cuando le insinuaron que si “tragaba” con el régimen se le podría compensar con una cartera ministerial; fue procesado y condenado a muerte, pena que se le conmutó por la del exilio y por la que tuvo que establecerse en Portugal con su familia.
Cuando en los años sesenta el Colegio de Abogados de Sevilla, a instancias de su entonces decano, el nada sospechoso y brillantísimo jurista Alfonso de Cossío y Corral, lo propuso para Decano Honorario y Medalla de Oro del Colegio, proposiciones que en asamblea general fueron reglamentariamente aprobadas, el gobernador civil, bajo instrucciones del ministro de Justicia y, por supuesto, del Pardo, se negó a autorizar y desautorizó la condecoración.
La actitud, la honradez y la integridad de Fal le privó de una carrera política brillante y otra profesional posiblemente más próspera.
Por último, y para quien no lo sepa, su calle no se encuentra en barrio o zona pija o de pisos de a millón el metro, sino en las Tres Mil.
José María Font Ortiz
Sevilla".
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