lunes, 4 de junio de 2007

RAZONES DE PESO.

Transcribimos a continuación un artículo del muy querido y respetado J. M. Orts en la revista "Montejurra", que nos ha llegado recientemente, correspondientes al año 1969.

Desde este Blog enviamos un respetuoso abrazo al gran D. José Miguel Orts.


RAZONES DE PESO

Ciertamente el Carlismo ha sido en 1968 un tema periodístico de una actualidad palpitante, como doctrina, como organización, como actuación política y como "solución monárquica". Estas facetas han suscitado comentarios favorables u hostiles, informaciones objetivas, subjetivas y "semi-informaciones", así como elocuentísimos "silencios oficiales". En cualquier caso, el interés del tema ha trascendido de las tertulias a la letra impresa con una frecuencia capaz de poner nervioso a cierto sector de opinión que prefiere el cerco de silencio. Y ese sctor, finamente, ha decidido pasar a la acción bajo el efecto de esops nervios encrespados: Así juzgo al menos la medidas de expatriación dictadas contra los príncipes de borbón Parma, a falta de más convincentes explicaciones gubernativas ¿Cúales serán los próximos pasos? ¿Clausura de los círculos carlistas? ?Desarticulación de la Comunión Tradicionalista? ¿Suspensión de la revista Montejurra o de "El Pensamiento navarro"? ¿Intentar de nuevo introducir cuñas de disidencia en la organización? Quien sabe..... Sentado el precedente de la expulsión de su abanderado, todo puede esperarse contra el Carlismo. Si don Javier de Borbón y su familia, por sus actividades políticas son llevados a la frontera, ¿qué habrá que hacer con sus seguidores, "cómplices" declarados de sus supuestos "delitos"? ¿Exilio, cárcel, silencio forzado? Ciertamente las consecuencias de estos primeros pasos son algo embarazosos.

En último extremo la situación peor no sería nueva en los 136 años de historia carlista, pero tendría ciertos puntos de originalidad:
  1. "El Carlismo es puesto en la frontera" (Revista SP) por el gobierno de una "Monarquía Tradicional, Católica, social y Representativa".

  2. La única fuerza popular en armas que dio al Régimen en su nacimiento este carácter legal monárquico fue el Carlismo, mediante sus Tercios de Requeté
  3. El hombre que firmó la orden de incorporación al Alzamiento nacional se llamaba Francisco Javier de Borbón Parma. No fue entonces considerado como francés ni su actuación se calificó de "intromisión en los asuntos internos de España".

  4. El Régimen valoró tanto la sustantividad de la aportación carlita que fundió la Comunión Tradicionalista, "de iure" en el Movimiento F. E. T. y de las J. O. N . S., e hizo de los símbolos carlistas (boina roja, banderas e himno) atributos externos del nuevo partido único.

  5. Una agencia oficial difunde profusamente un telegrama de don Javier al Jefe del Estado felicitándole por la presentación al país de la Ley Orgánica del Estado. No hubo tampoco reacción oficial contra esta "actividad política de intromisión".

  6. Dos hermanos de don Javier, don Elías y doña Zita de Borbón Parma, obtienen en 1920 y 1965, respectivamente, del Gobierno español el RECONOCIMIENTO DE SU NACIONALIDAD ESPAÑOLA CON EL RANGO DE INFANTES DE ESPAÑA. Ninguno de ambos tuvo intervención directa o indirecta en la génesis del Régimen actual.
  7. El Gobierno español restituye la ciudadanía española al ex-rey Alfonso XIII y su familia. Son públicas sus relaciones políticas y económicas con dicha familia.

  8. Silencio administrativo ante la petición de don Javier de RECONOCIMIENTO DE LA NACIONALIDAD Y RANGO E INFANTES DE ESPAÑA para si mismo y su familia.
  9. Expulsión de España de toda la familia Borbón Parma, sin explicación oficial.

  10. El Régimen sigue llamándose "Monarquía Tradicional, Católica, etc.", sigue haciendo uso de los símbolos carlistas (boina roja, banderas, himno "Oriamendi"), el Movimiento continúa con su "T" de "tradicionalista", etc., etc., etc.....

Diez puntos muy significativos que pueden ayudar a formar cierto criterio si los relaconados con estos precedentes:

  • La rama de los Borbón Parma, Infantes natos de España, fue desposeída de su nacionalidad española por, en palabras de Vázquez de Mella, "mantenerse fiel a la Dinastía proscrita (carlista), reconociendo su jefatura y proclamando su derecho", mientras las demás ramas borbónicas acataban la Monarquía liberal, instalada en Madrid. Algo parecido aunque por motivaciones muy distantes, a las medidas tomadas por la II República contra don Alfonso (XIII) y su familia. Don Elías de Borbón Parma, hermano de don Javier, se apartón en 1920 de la Causa Carlista, acatando la autoridad de Alfonso (XIII), lo que le valió el reconocimiento a que aludo en el punto sexto.

  • Ante el problema d la sucesión a la Jefatura del Estado, el Carlismo no supone un pleito dinástico simplemente, lo que resultaría pueril y anacrónico, sino todo un concepto distinto de Monarquía, con un contenido eminentemente social, y una cosmovisión política peculiar, fretne al mero principio institucionaista que propugnan los descendientes de la dinastía liberal, don Juan y don Juan Carlos.

Al no poder ganar el favor de la opinión pública, a pesar de la máquina publicitaria desplegada en pro de la "saida" monárquica juanista, se utiliza el argumento de la "nacionalidad legal" como arma de inhabilitación política, a criterio discrecional. Pero aceptar ese jeugo sería tanto como admitir la arbitrariedad como norma de gobierno. Y el futuro de España no puede basarse sobre preferencias personales, hechos consumados, o beneficio de una oligarquía, sino sobre la ley, la legitimidad y el bien común de los españoles, expresado por ellos, y no interpretado en exclusiva por ciertas esferas. "La monarquía por sí misma nada vale -citaba don Carlos Hugo al Generalísimo, en el Montejurra de 1960- si no tiene el arraigo del pueblo".


J. M. ORTS.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas gracias por rescatar de las hemerotecas este artículo de mi lejana juventud. ¡Quién me iba a decir que la evolución de los acontecimientos había de ser la que el Señor de la Historia nos ha dejado ver desde entonces!
El contexto es muy otro, pero afortunadamente para mí sólo tendría que modificar los fallos de mecanografía.
Aún hoy el olvido de lo que representó Don Javier no es justificable sobre todo por parte de quienes nos honramos con el apelativo de carlistas.
Y peor es aún intentar retorcer la Historia para hacer del viejo Rey la antítesis de lo que fue y más aun de lo que quiso ser.
Su memoria no sólo merece respeto sino que nos demanda unidad entorno a la bandera que nunca fue arriada.

Requeté Català dijo...

Querido don José Miguel Orts, su aportación a la causa Carlista es un motivo de orgullo para todos nosotros y particularmente desde este Blog. Evidentemente cada época conlleva una problemática y una casuística concreta, pero para nosotros, es Usted una de las grandes figuras del Carlismo y por tanto una gran figura universal.

Le mandamos un fuerte abrazo con todo nuestro respeto y afecto.